Cuidado, ¡piojos!
Siguen siendo una infección habitual en los centros educativos.
¿Qué padre no ha recibido alguna vez una nota del colegio avisándole de la presencia de piojos en el centro? Y es que estos insectos parasitarios se dan con mayor frecuencia entre los niños de 3 a 12 años. Se trata de parásitos de escasos milímetros que viven en el cuero cabelludo, del que chupan su sangre para alimentarse, produciendo los insoportables y característicos picores.
Estas infecciones se suelen dar en los centros escolares, independientemente de su entorno y nivel socioeconómico. El contagio se produce por contacto directo, por lo que es necesario tomar medidas preventivas tanto si creemos que nuestro hijo puede tenerlos como si sabemos que algún otro niño los tiene. Es importante mantener unos hábitos de higiene adecuados, lavar el pelo con asiduidad, peinarlo con un peine de púas finas y cepillarlo a diario, revisar la cabeza de los niños y evitar compartir objetos como el peine, cepillo, ganchillos, gorros, diademas, pasadores, bufandas, etc.
Si cree que su hijo puede tener piojos, llévelo a su pediatra para que le confirme el diagnóstico y le recomiende un tratamiento, que en la mayoría de los casos consistirá en un champú o loción (cuidado con no utilizar el secador mientras se usan estos productos, ya que pueden contener sustancias inflamables). Asimismo, también debería avisar a los responsables del centro escolar para evitar nuevos contagios. Por último, es recomendable lavar tanto los objetos de aseo personales (estos en la misma loción que usa el niño) como la ropa de cama y juguetes de tela de la persona infectada. También deben revisarse el cuero cabelludo las personas que convivan con el niño.
Estas infecciones se suelen dar en los centros escolares, independientemente de su entorno y nivel socioeconómico. El contagio se produce por contacto directo, por lo que es necesario tomar medidas preventivas tanto si creemos que nuestro hijo puede tenerlos como si sabemos que algún otro niño los tiene. Es importante mantener unos hábitos de higiene adecuados, lavar el pelo con asiduidad, peinarlo con un peine de púas finas y cepillarlo a diario, revisar la cabeza de los niños y evitar compartir objetos como el peine, cepillo, ganchillos, gorros, diademas, pasadores, bufandas, etc.
Si cree que su hijo puede tener piojos, llévelo a su pediatra para que le confirme el diagnóstico y le recomiende un tratamiento, que en la mayoría de los casos consistirá en un champú o loción (cuidado con no utilizar el secador mientras se usan estos productos, ya que pueden contener sustancias inflamables). Asimismo, también debería avisar a los responsables del centro escolar para evitar nuevos contagios. Por último, es recomendable lavar tanto los objetos de aseo personales (estos en la misma loción que usa el niño) como la ropa de cama y juguetes de tela de la persona infectada. También deben revisarse el cuero cabelludo las personas que convivan con el niño.
Rocío Bonachera Escribano
Publicado el 29/11/2010 a las 14:04 | | | | |
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