El aumento de unidades de diagnóstico y la sensibilización sobre el Alzheimer adelantan su detección
La falta de concentración es la queja más frecuente en etapas muy tempranas de la enfermedad.
El Programa de Revisión de la Eficacia contra el Alzheimer (REC-A), organizado por Novartis, ha permitido constatar que, en la actualidad, no sólo hay más concienciación entre los pacientes de Alzheimer sino también entre los familiares, que se convierten en la primera pieza clave en el proceso de detección de sÃntomas.
En palabras de la Dra. Isabel Hernández, jefa de la Unidad de Diagnóstico de la Fundación Alzheimer Centre Educational (ACE), perteneciente al Instituto Catalán de Neurociencias Aplicadas, "la edad más común en la que aparecen los primeros sÃntomas de demencia se sitúa en torno a los 65 años, pero últimamente se están diagnosticando casos a edades más tempranas. Esta situación se está produciendo, no por factores externos, sino por la proliferación de unidades especÃficas de diagnóstico, y una mayor sensibilización de la población ante las quejas de memoria".
"La falta de concentración asociada a las dificultades de atención es la queja más frecuente que aparece en etapas muy tempranas de la enfermedad y se relacionan con el deterioro cognitivo", comentó la Dra. Hernández. Y añadió: "las actuales medidas de diagnóstico precoz son una herramienta importante que permitirá afinar el diagnóstico etiológico con mayor seguridad de cara a ofrecer una terapia más dirigida. No obstante, una adecuada historia clÃnica continúa siendo, a dÃa de hoy, la técnica más importante para valorar los cambios en los tres pilares esenciales del deterioro: cognición, conducta y funcionalidad. Otras técnicas complementarias son la exploración neurológica, neuropsicológica y la neuroimagen, junto con los biomarcadores, que permiten una gran fiabilidad diagnóstica".
Por su parte, el moderador del encuentro cientÃfico, el Dr. Guillermo GarcÃa Ribas, de la Unidad de Demencias del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, señaló que la prevalencia de la demencia en nuestro paÃs se sitúa en torno al 0,4% de la población, elevándose hasta el 8% entre las personas mayores de 65 años. Se aprecia que la demencia en el 60% de los casos está causada por la enfermedad de Alzheimer.
Por otra parte, el Dr. José Marey, neurólogo del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña, explicó que los sÃntomas conductuales tienen una alta prevalencia en la enfermedad del Alzheimer, afectando a entre el 61 y el 92% de los pacientes y su evaluación mediante escalas es de gran importancia en la práctica clÃnica dado su curso fluctuante.
"Su presencia empeora la sintomatologÃa cognitiva y funcional, aumenta la mortalidad e institucionalización y, sobre todo, agrava la carga del cuidador. Lo ideal es iniciar el tratamiento farmacológico lo antes posible una vez establecido el diagnostico de la enfermedad, dado que, además de modificar el curso evolutivo, ha demostrado ser útil en el manejo de los sÃntomas conductuales en un porcentaje importante de pacientes durante un largo periodo de tiempo", concluyó el Dr. Marey.
En palabras de la Dra. Isabel Hernández, jefa de la Unidad de Diagnóstico de la Fundación Alzheimer Centre Educational (ACE), perteneciente al Instituto Catalán de Neurociencias Aplicadas, "la edad más común en la que aparecen los primeros sÃntomas de demencia se sitúa en torno a los 65 años, pero últimamente se están diagnosticando casos a edades más tempranas. Esta situación se está produciendo, no por factores externos, sino por la proliferación de unidades especÃficas de diagnóstico, y una mayor sensibilización de la población ante las quejas de memoria".
"La falta de concentración asociada a las dificultades de atención es la queja más frecuente que aparece en etapas muy tempranas de la enfermedad y se relacionan con el deterioro cognitivo", comentó la Dra. Hernández. Y añadió: "las actuales medidas de diagnóstico precoz son una herramienta importante que permitirá afinar el diagnóstico etiológico con mayor seguridad de cara a ofrecer una terapia más dirigida. No obstante, una adecuada historia clÃnica continúa siendo, a dÃa de hoy, la técnica más importante para valorar los cambios en los tres pilares esenciales del deterioro: cognición, conducta y funcionalidad. Otras técnicas complementarias son la exploración neurológica, neuropsicológica y la neuroimagen, junto con los biomarcadores, que permiten una gran fiabilidad diagnóstica".
Por su parte, el moderador del encuentro cientÃfico, el Dr. Guillermo GarcÃa Ribas, de la Unidad de Demencias del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, señaló que la prevalencia de la demencia en nuestro paÃs se sitúa en torno al 0,4% de la población, elevándose hasta el 8% entre las personas mayores de 65 años. Se aprecia que la demencia en el 60% de los casos está causada por la enfermedad de Alzheimer.
Por otra parte, el Dr. José Marey, neurólogo del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña, explicó que los sÃntomas conductuales tienen una alta prevalencia en la enfermedad del Alzheimer, afectando a entre el 61 y el 92% de los pacientes y su evaluación mediante escalas es de gran importancia en la práctica clÃnica dado su curso fluctuante.
"Su presencia empeora la sintomatologÃa cognitiva y funcional, aumenta la mortalidad e institucionalización y, sobre todo, agrava la carga del cuidador. Lo ideal es iniciar el tratamiento farmacológico lo antes posible una vez establecido el diagnostico de la enfermedad, dado que, además de modificar el curso evolutivo, ha demostrado ser útil en el manejo de los sÃntomas conductuales en un porcentaje importante de pacientes durante un largo periodo de tiempo", concluyó el Dr. Marey.
Beneficios de los inhibidores
Durante el encuentro cientÃfico, el Dr. Guillermo GarcÃa Ribas destacó que los tratamientos actuales, para una enfermedad tan compleja como el Alzheimer, están ofreciendo grandes expectativas de futuro.
En este sentido, numerosos ensayos clÃnicos han demostrado que en pacientes con Alzheimer, los inhibidores de la acetilcolinesterasa (IACE) proporcionan un beneficio significativo y cuantificable en las escalas cognitivas, conductuales y funcionales. "El beneficio proporcionado con IACEs se mantiene varios años y retrasa la progresión de los sÃntomas en términos coste-efectividad", explicó el Dr. GarcÃa Ribas. Además, afirma que la mejorÃa sintomática de los pacientes en tratamiento disminuye la dependencia del paciente y probablemente la carga del cuidador.
En este sentido, numerosos ensayos clÃnicos han demostrado que en pacientes con Alzheimer, los inhibidores de la acetilcolinesterasa (IACE) proporcionan un beneficio significativo y cuantificable en las escalas cognitivas, conductuales y funcionales. "El beneficio proporcionado con IACEs se mantiene varios años y retrasa la progresión de los sÃntomas en términos coste-efectividad", explicó el Dr. GarcÃa Ribas. Además, afirma que la mejorÃa sintomática de los pacientes en tratamiento disminuye la dependencia del paciente y probablemente la carga del cuidador.
Fuente: Novartis
Publicado el 12/04/2011 a las 11:44 |





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